domingo, 25 de enero de 2009

El Valor de la PUNTUALIDAD

Al Padre Pascual le estaban haciendo su cena de despedida por 25 años de trabajo en una Parroquia. Un político miembro de la comunidad fue invitado para dar un breve discurso.

Como el político tardaba en llegar, el sacerdote decidió decir unas palabras él mismo para llenar el tiempo.

"Mi primera impresión de la Parroquia la tuve con la primera confesión que me tocó escuchar. Pensé que me había enviado el Obispo a un lugar terrible, ya que la primera persona que se confesó me dijo que se había robado un televisor, que les había robado dinero a sus papás, había robado también en la empresa donde trabajaba, además de tener aventuras sexuales con la esposa de su jefe. También en ocasiones se dedicaba al tráfico y a la venta de drogas. Y para finalizar, confesó que le había trasmitido una enfermedad venérea a su propia hermana. Me quedé asombrado, asustadísimo... Pero cuando transcurrió un tiempo, fui conociendo más gente y vi que no eran todos así, vi una parroquia llena de gente responsable, con valores, comprometida con su fe. Y así he vivido los 25 años más maravillosos de mi sacerdocio".

Justamente en este momento llegó el político, por lo que se le dio la palabra.

Por supuesto, pidió disculpas por llegar tarde y empezó a hablar diciendo: "Nunca voy a olvidar el primer día que llegó el Padre a nuestra Parroquia... De hecho, tuve el honor de ser el primero que se confesó con él...".

Moraleja: ¡nunca llegues tarde!..La puntualidad es un hábito valioso!!




la puntualidad también es la entrega de trabajos a la hora indicada.



LA MAYOR RIQUEZA

La falta de puntualidad supone una falta de consideración a los demás. El niño que a la hora fijada no está de vuelta a su casa da motivo a su madre para inquietarse, cosa que podía haberse ahorrado. Si no es conveniente hacer aguardar a un superior, es una falta de delicadeza, siempre censurable, hacer aguardar a un inferior. En todo caso, a quienes hacemos esperar pierden un tiempo precioso que podrían utilizar mejor.

Cuentan del caballero Aguesseau, que la falta de orden y puntualidad de su esposa hacía que siempre se retrasasen las comidas. El caballero disimulaba su impaciencia escribiendo; de este modo, aguardando la hora de las comidas, llegó a escribir una obra importante que dedicó, naturalmente, a su esposa en amable y justa venganza.

El tiempo es una de las mayores riquezas que poseemos. Es preciso, por lo tanto, emplearlo siempre bien. El que se retrasa causa perjuicio a los demás, pero también él sufre un menoscabo. Sus faltas de puntualidad demuestran que es incapaz de imponerse una disciplina, sea que desperdicia su tiempo, sea que abarca más de lo que puede. Los que llegan tarde suelen ser de dos clases: los callejeros, que siempre tienen tiempo, y los que tienen siempre tanta prisa, que hasta llegan a perder el aliento.

Hay en la falta de puntualidad una gran dosis de egoísmo. Puesto que nos resulta tan desagradable esperar, propongámonos no hacer esperar a los demás.

Por Arturo Ramo


Bibliografía.

www.vidapositiva.com/Historias-y-Reflexiones/El-valor-de-la-puntualidad.html
www.aplicaciones.info/blog/?p=137

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